La big tech sigue sin aclarar los detalles sobre el mecanismo que reemplazará a las third-party cookies, mientras las autoridades regulatorias y la industria digital observan todo el proceso con cierta preocupación.

Tras el anuncio de Google de no eliminar las cookies, Hearst Magazines ha seguido adelante con sus planes apostando por la construcción de modelos probabilísticos de segmentación y medición con menos cookies.

Google introduce nuevas mejoras como la extensión del ciclo de vida de los grupos de interés o la introducción de señales de interacción para optimizar la publicidad sin comprometer la privacidad.

Un informe reciente sugiere que la implementación de controles de cookies en el navegador podría reducir la aceptación de cookies, mientras que mejoraría la experiencia del usuario.

TTD reporta un aumento del 26% en sus ingresos del segundo trimestre de 2023, mientras que su iniciativa de ID digital, Unified ID 2.0, logra una adopción masiva en el sector de la publicidad digital.

Después de anunciar que los usuarios de Chrome podrán decidir si desean ser rastreados por third-party cookies, los ejecutivos publicitarios expresan su desconcierto y exigen claridad sobre el futuro de Privacy Sandbox.

El anuncio de Google de mantener las third-party cookeis en Chrome ha dejado a la industria con muchas preguntas sin respuesta, mientras los anunciantes temen una caída en las tasas de consentimiento similar a la experimentada con Apple.

Google ha modificado su hoja de ruta y ha anunciado que finalmente no deshabilitará las cookies de terceros en Chrome: estas son las opiniones del sector sobre una de las noticias recientes más impactantes.

Más allá de reducir los ingresos de los publishers, Privacy Sandbox también está haciendo saltar las alarmas dentro de la comunidad publicitaria por su posible incumplimiento de GDPR y otras normativas sobre privacidad.

Estos últimos días se ha vuelto a hablar mucho de Privacy Sandbox, la herramienta de Google que promete ser la solución a la desaparición de las cookies, y el motivo ha sido un análisis publicado por Criteo esta semana.

El DSP de Yahoo ha estado usando Privacy Sandbox de Google, la plataforma cookieless de Chrome, para ver cómo los anunciantes pueden impactar a audiencias concretas sin usar third-part cookies.

Todd Parsons, Chief Product Officer de Criteo, analiza los resultados de las pruebas de Privacy Sandbox y expone las recomendaciones que deberían seguir Google y la Autoridad de Competencia y Mercados (CMA) británica.

La atención se convierte en el nuevo estándar para medir la efectividad publicitaria en un entorno digital cookieless, proporcionando a los anunciantes una comprensión más profunda del compromiso del consumidor.

Aunque el último retraso de Google en la eliminación de las third-party cookies en Chrome puede ofrecer un respiro a los equipos que aún no se han preparado para la era post-cookies, también pone de relieve el enrevesado panorama de la publicidad digital.

Los expertos señalan que la transición a un mundo cookieless requerirá nuevas estrategias y tecnologías, como el uso de first-party data, soluciones basadas en el consentimiento y nuevas formas de identificación anónima.

El retraso hasta 2025 brinda a las agencias una oportunidad crucial para perfeccionar sus estrategias y prepararse para un mundo sin third-party cookies, aunque aún existen algunos desafíos.

Aumenta la adopción de Privacy Sandbox, pero persisten los desafíos y, pese a un incremento en las pruebas, la industria AdTech se enfrenta a dificultades con las nuevas API de privacidad de Google.

Algunos publishers están preocupados por los efectos que otro retraso podría tener en la capacidad de la industria para tomar en serio la eliminación de las third-party cookies.

Si Google quisiera cumplir los plazos establecidos en un inicio, tendría que desactivar por completo las cookies de terceros en Chrome antes de septiembre, algo que parece precipitado.

La industria publicitaria se encuentra en un estado de agitación mientras se desenmascaran teorías, se debaten controversias y se plantean incertidumbres sobre el futuro de las third-party cookies.