Últimas noticias sobre fraude en publicidad digital
La IA se consolida como herramienta esencial para frenar el ad fraud, que podría suponer un coste de 172.000 millones de dólares para 2028, mientras los anunciantes buscan proteger sus inversiones en medios.
DoubleVerify ha presentado recientemente su Informe Anual de Global Insights, que muestra un aumento del 23% en nuevos métodos de fraude en 2023, con un incremento notable en fraude en el entorno CTV y audio en streaming.
En el último año, Adalytics ha convertido en su cruzada la identificación de algunas de las peores prácticas de en el sector AdTech, lo que le ha valido las críticas de algunos detractores.
Los gigantes se enfrentan a las críticas de inversores, publishers y anunciantes debido a escándalos de mal posicionamiento de anuncios y el bloqueo de keywords. Ambas compañías planean expandirse en social, CTV e IA.
Se espera que la prueba del portal esté lista a finales de año, proporcionando una solución para los publishers que buscan mantener sus estándares editoriales sin ser penalizados por los sistemas de clasificación actuales.
Al menos una decena de publishers se han aprovechado de su buena reputación para ganar dinero con contenidos basura en sitios MFA, repletos de anuncios, agresivos y que generan prácticamente cero tráfico orgánico.
Según los últimos hallazgos de Adalytics, Colossus sobresalió entre 16 proveedores de SSPs al presentar de forma constante IDs de usuario en ad exchanges que no correspondían a IDs reales.
Un informe de Adalytics revela que cientos de marcas fueron inducidas a comprar espacio publicitario en un subdominio spam en lugar del site principal de Forbes.
La empresa de investigación AdTech alega que el programa está repleto de inventario publicitario no seguro para las marcas, incluidos sites pornográficos o webs rusas e iraníes.
GroupM e iSpot pusieron de manifiesto el problema el año pasado a través de una investigación, pero aún no se ha encontrado una solución y los anunciantes siguen preocupados.
Exploramos su evolución desde la práctica del "Parking de Dominios" hasta el arbitraje de tráfico barato, y cómo esta actividad podría estar alterando el panorama de la publicidad online.
En un espacio mediático cada vez más fragmentado, ¿cómo pueden llegar los anunciantes con eficacia a las audiencias, reducir el gasto publicitario y mitigar el fraude?
Casi una cuarta parte del dinero reservado al marketing online irá destinado al fraude publicitario al acabar este año 2023, hasta aumentar en 172.000 millones de dólares para 2028.
Algunos expertos del sector se preguntan si la supuesta verificación independiente de anuncios de terceros en YouTube cumple realmente las normas.
¿Qué es Ad Fraud?
El fraude publicitario (Ad Fraud en inglés) consiste en crear impresiones, clicks y conversiones falsas con el fin de robar los presupuestos digitales de las marcas y anunciantes que pagaron por los espacios publicitarios. Según la definición de IAS:
“Ad Fraud es cualquier actividad deliberada que impide la entrega adecuada de anuncios a las personas adecuadas en el momento adecuado”
Algunos tipos de Ad-Fraud
General Invalid Traffic (GIVT)
Bots (SIVT)
Software malicioso
Hidden Ads (SIVT)
Incentivized Browsing
Tráfico de valor inferior y Proxy Servers (RVI)
IPs ficticias
Domain spoofing
Aunque el fraude de la publicidad digital ha descendido en los últimos años, las enormes pérdidas que todavía genera deberían seguir preocupando a una industria que ha dejado de hablar de uno de los mayores problemas que tiene encima de la mesa. Las cifras de fraude en un año han pasado de 3% a 4,9% del tráfico optimizado, lo que significa que aunque se pongan barreras, algo de fraude siempre se cuela. No es una cuestión de que haya más fraude, sino de que ahora se mide mucho más. Pero el verdadero problema no está en la existencia del fraude, que es algo evidente y reconocido por el sector, sino en la dificultad para cuantificar realmente sus consecuencias.
Las organizaciones American Economic Liberties Project, Check My Ads y Tech Oversight Project piden investigar a un alto ejecutivo de Google por la supuesta destrucción ilegal de documentos clave en varios juicios antimonopolio.