‘Sostenibilidad real: reducir emisiones y el riesgo de caer en la trampa de la compensación de carbono’, por David Lahoz (Tappx)

En el panorama actual de sostenibilidad corporativa, hay una verdad que resuena con fuerza: la única manera efectiva de combatir el cambio climático es reduciendo directamente las emisiones de carbono. Sin embargo, muchas empresas tecnológicas, al enfrentar la presión de mostrar avances en sostenibilidad, recurren a una solución engañosa: la compensación de carbono mediante certificados de energía renovable desvinculados (RECs). Esta práctica no solo distorsiona la realidad de su huella de carbono, sino que también alimenta un pernicioso fenómeno conocido como greenwashing.

Las grandes compañías tecnológicas como Amazon, Microsoft y Meta, líderes en la carrera de la inteligencia artificial y los servicios en la nube en la que se sustentan la mayoría de los servicios de publicidad digital, han adoptado el uso masivo de RECs desvinculados para maquillar su impacto ambiental. En teoría, estos certificados deberían reflejar un compromiso genuino con la energía limpia, pero la realidad es mucho más oscura. Al comprar créditos que no están directamente vinculados a la electricidad renovable que realmente utilizan, estas empresas están efectivamente disfrazando su consumo de energía fósil como si proviniera de fuentes limpias. Es una solución que en el papel suena ideal, pero que en la práctica no logra la reducción de emisiones reales en la atmósfera.

El uso de RECs desvinculados es, en esencia, una forma de contabilidad creativa de carbono que permite a las empresas reportar reducciones sin hacer cambios significativos en su consumo energético o en sus prácticas operativas. Esto no solo engaña a los consumidores y a los inversores que buscan apoyar empresas verdaderamente sostenibles, sino que también ralentiza el progreso hacia una economía realmente baja en carbono. Es una solución que da una falsa sensación de seguridad y progreso, mientras que las emisiones reales siguen aumentando.

No se trata solo de las tecnológicas. Este problema es un síntoma de un enfoque más amplio y defectuoso hacia la sostenibilidad corporativa. La compensación de carbono, aunque puede ser parte de una estrategia más amplia y responsable, no debe ser utilizada como una excusa para evitar la acción directa. Si bien los créditos pueden tener su lugar, especialmente en la transición hacia un futuro más limpio, deben ser suplementarios a las reducciones reales y medibles de emisiones. De lo contrario, no estamos reduciendo el carbono en la atmósfera; simplemente estamos moviendo cifras en una hoja de cálculo.

La pregunta crítica que deberíamos hacernos es: ¿Cuánto de "verde" es una empresa si sus afirmaciones de sostenibilidad se basan en soluciones contables más que en acciones tangibles? Las prácticas actuales, como el uso de RECs desvinculados, muestran que muchas empresas están más interesadas en parecer sostenibles que en serlo realmente. Esto no solo mina la confianza del público en las iniciativas verdes corporativas, sino que también retrasa las acciones urgentes que necesitamos para evitar los peores impactos del cambio climático.

La industria de la publicidad digital, profundamente integrada en los servicios en la nube de los gigantes del mercado, se enfrenta a un desafío significativo en su búsqueda por la sostenibilidad. Dado que las plataformas de Adtech dependen en gran medida de los servicios en la nube proporcionados por gigantes tecnológicos, cualquier dificultad para mitigar las emisiones de carbono de estas infraestructuras se refleja directamente en la huella de carbono de la publicidad digital. Esto resulta en una paradoja donde, en lugar de avanzar hacia una publicidad más verde, la industria puede estar volviéndose menos sostenible. Además, el margen para que las empresas de adtech implementen sus propias reducciones de emisiones se ve limitado por la eficacia con la que los proveedores de servicios en la nube manejan sus impactos ambientales. Por lo tanto, los esfuerzos por una publicidad digital más sostenible están intrínsecamente atados a las prácticas ambientales de los líderes en tecnología de la información.

Es hora de que las empresas den un paso adelante y adopten un enfoque más honesto y efectivo hacia la sostenibilidad. Reducir las emisiones debe ser la prioridad. Esto significa invertir en eficiencia energética, adoptar fuentes renovables de manera directa y reducir la dependencia de materiales y procesos intensivos en carbono. Los créditos de carbono y las compensaciones pueden seguir siendo herramientas útiles, pero solo como complemento de una estrategia robusta de reducción directa de emisiones.

Al final del día, la sostenibilidad real no se trata de lo que las empresas dicen, sino de lo que hacen. La transparencia, la honestidad y la acción directa deben ser los pilares sobre los que se construya cualquier estrategia de sostenibilidad. La compensación de carbono no debe ser un refugio cómodo para evitar los desafíos reales de reducir las emisiones, sino una parte responsable y bien gestionada de un esfuerzo más amplio y genuino por reducir nuestro impacto en el planeta. Porque solo a través de acciones reales y medibles podremos avanzar hacia un futuro verdaderamente sostenible, lejos de las trampas del greenwashing.

David Lahoz, Product Strategist en Tappx

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