¿Son las soluciones PET suficientes para mitigar los riesgos de privacidad del Fingerprinting?

Como ya se ha anunciado en estas últimas semanas, el próximo 16 de febrero Google levantará su prohibición sobre el uso del fingerprinting (o huella digital) en dispositivos por parte de empresas que utilicen sus productos publicitarios, una medida que había implementado en 2019 al calificar esta práctica como "opaca".

En su momento, Google aseguró que bloquearía agresivamente este método para proteger la privacidad, pero ahora justifica el cambio como una "actualización" de sus políticas de plataforma, impulsada por dos factores: el auge de la televisión conectada (CTV) y el desarrollo de tecnologías que mejoran la privacidad (PETs, por sus siglas en inglés).

Según Google, las direcciones IP ya son ampliamente utilizadas para la segmentación y medición de anuncios en CTV, y las soluciones PETs podrían mitigar los riesgos de privacidad relacionados.

Las PETs son métodos técnicos diseñados para proteger los datos personales, como describe un artículo de AdExchanger. En el ámbito publicitario, pueden incluir el procesamiento de datos directamente en dispositivos para minimizar su transferencia. Google asegura estar integrando estas tecnologías en sus productos publicitarios y planea colaborar con la industria para hacerlas más accesibles.

La opinión de algunos expertos

A pesar de las promesas de mayor seguridad, el cambio ha generado críticas y dudas sobre si las PETs son suficientes para abordar los riesgos del fingerprinting en dispositivos. El medio citado recoge las opiniones de algunos expertos al respecto.

Arielle Garcia, directora de operaciones en Check My Ads, cuestiona la coherencia de Google: ¿Qué pasó con su postura de que el fingerprinting “subvierte la elección del usuario y está mal”?, se pregunta. “Ahora parece que adaptan los estándares a su conveniencia”, dice. Mateusz Jedrocha, director de producto en Adlook, resalta el problema de la autonomía del usuario y se plantea otra cuestión: “¿Pueden los usuarios optar por no ser rastreados o borrar los datos recopilados sobre ellos?”

Por su parte, Julie Rooney, directora de privacidad en OpenX, reconoce los avances en PETs, pero advierte de que compartir más datos, aunque sea de manera más segura, aumenta los riesgos. Daniel Rosenzweig, abogado especializado en privacidad, defiende el uso de PETs, pero subraya que las organizaciones deben mantener la misma diligencia con los datos personales, incluso al usar técnicas como el fingerprinting.

Cillian Kieran, CEO de Ethyca, compara las PETs con una armadura: “Protegen, pero no eliminan el problema. El fingerprinting es intrínsecamente invasivo porque opera sin el consentimiento ni la transparencia del usuario”.

Aunque las PETs podrían hacer que el fingerprinting sea menos invasivo, los expertos coinciden en que no resuelven los problemas de fondo relacionados con el consentimiento y la transparencia. Todo dependerá de cómo se implementen estas tecnologías y si su uso refleja un verdadero compromiso con la privacidad del usuario.

El cambio de Google marca un punto de inflexión en la publicidad digital y plantea interrogantes sobre el equilibrio entre innovación y protección de la privacidad.

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