‘IA con IE en la industria programática’, por Patricia Iglesias
En la industria programática, la IA ha revolucionado la manera en que compramos, medimos y optimizamos campañas publicitarias. La automatización nos ayuda a tomar decisiones en segundos, procesar volúmenes masivos de datos y ajustar estrategias con una precisión increíble.
Pero en un entorno tan automatizado, yo me pregunto: ¿estamos dejando espacio para la inteligencia emocional?
Porque, para qué nos vamos a engañar, la IA nos permite ser más eficientes (y eso está bien), pero sin la capacidad humana de interpretar, contextualizar y conectar con los clientes, corremos el riesgo de perder nuestro valor y sumarnos a la “normalidad” del resto de nuestra competencia.
La clave del futuro de la industria programática no está solo en la capacidad técnica de la IA, sino en cómo los/as profesionales del sector aplicamos la inteligencia emocional en su uso.
IA sin IE
No corramos el riesgo de perder nuestra identidad, nuestra alma…
La programática ha evolucionado hasta un punto donde la optimización es prácticamente instantánea. Las plataformas toman decisiones basadas en algoritmos y en datos, ajustan pujas en tiempo real y seleccionan audiencias de una manera súper precisa. Mucho mejor que lo que podíamos o podemos hacer de forma individual sin ella.
Pero si nos basamos únicamente en lo que dice el algoritmo, corremos algunos riesgos:
Deshumanización de las estrategias:
No todo lo que optimiza un KPI es bueno para la marca. Una campaña que esté demasiado optimizada puede no generar conexión emocional con la audiencia, por lo que es posible que pierda impacto a largo plazo.
Falta de pensamiento crítico:
Es algo imprescindible y de lo que hablaba en un artículo anterior. Si no cuestionamos lo que nos recomienda la IA, podemos caer en sesgos automatizados que repiten errores sin que nadie los detecte. Incluso en datos irreales que no hemos cotejado como corresponde.
Pérdida de creatividad e innovación:
La IA trabaja con patrones, y no nos deja espacio para pensar, para crear. Si solo seguimos sus recomendaciones, corremos el riesgo de replicar lo que nos vuelca sin pensar en nuevas ideas.
Además, la Inteligencia Emocional nos abre muchas posibilidades, porque nos hace ser más competitivos.
Daniel Goleman (¡cuánto debemos agradecerle a Goleman!) definió la Inteligencia Emocional como la capacidad de reconocer, entender y gestionar nuestras emociones y las de los demás. Si lo aplicamos a la industria programática, lo que nos viene a decir es que debemos saber interpretar más allá del dato y conectar con las emociones que generan impacto real en las audiencias, en las personas.
¿Cómo aplicar IE en el uso de IA en programática?
Pensamiento crítico:
De nuevo, es la clave. No basta con aceptar lo que dice un dashboard. Los/as profesionales de programática deben preguntarse ¿por qué? antes de tomar decisiones basadas solo en la IA. Hay que cuestionarse las cosas.
Empatía:
La IA puede decirnos qué funciona mejor en términos de CTR o de conversiones, pero la Inteligencia Emocional nos ayudará a entender cómo se siente el/la usuario/a al recibir ese mensaje. Es un súper poder.
Adaptación:
En un sector como el nuestro, la capacidad de manejar el estrés, gestionar equipos en entornos de alta presión y adaptarse rápidamente es clave.
Comunicación efectiva:
No todo el mundo en la empresa entiende los datos (a mí me pasa). Un/a buen/a profesional de programática debe ser capaz de traducir los insights en mensajes claros para equipos de marketing, RRHH, finanzas, tecnología…
¿Y si hablamos de Liderazgo? Combinemos la IA con IE
El liderazgo en programática (al igual que en el resto de sectores) no puede basarse únicamente en el conocimiento técnico. Un/a buen/a líder en AdTech debe saber combinar la inteligencia artificial con la inteligencia emocional para gestionar equipos, tomar decisiones y crear una cultura de innovación. Pero, ¿cómo se hace?
Lo primero: fomentar la seguridad psicológica:
Un entorno donde los equipos pueden cuestionar las recomendaciones de la IA sin miedo es un entorno donde se toma mejores decisiones.
Dar espacio a la creatividad:
Por favor, no lo automaticemos todo… La IA optimiza, pero la creatividad genera diferenciación, aporta valor real. Los/as líderes deben impulsar el pensamiento estratégico y la experimentación.
Gestionar el estrés:
La programática exige rapidez y flexibilidad. Mucha. Un/a buen/a líder con inteligencia emocional sabe manejar la presión sin trasladar ansiedad a su equipo. Hace de paraguas. Seguro que lo habéis escuchado alguna vez…
Construir relaciones en el ecosistema:
La programática no es solo datos. La capacidad de negociar, gestionar clientes y generar confianza sigue siendo clave en el éxito de cualquier campaña.
Así pues, os diría que el futuro de la programática es Humanos + IA, no Humanos vs. IA. Si algo está claro es que la IA seguirá evolucionando, y los/as profesionales debemos hacerlo con ella. Las automatizaciones serán cada vez más avanzadas y los modelos predictivos seguirán mejorando. Pero hay algo que la IA no puede hacer: interpretar emociones, entender el contexto y tomar decisiones con visión estratégica a largo plazo. Eso debemos hacerlo LAS PERSONAS.
Las empresas de programática que triunfen en los próximos años no serán las que dependan únicamente de la IA, sino las que sepan combinarla con inteligencia emocional para:
Crear campañas que no solo conviertan, sino que generen conexión.
Desarrollar equipos que usen la IA con criterio y pensamiento crítico.
Tomar decisiones estratégicas que equilibren datos y humanidad.
Por Patricia Iglesias, Chief People & Culture Office de Techsoulogy