‘El actual Supply Chain debe optimizarse’, por Adrián Villellas

En el dinámico panorama del sector adtech, la integridad y transparencia de las transacciones publicitarias son fundamentales. Uno de los mecanismos implementados para abordar el fraude en el supply chain fue el archivo ads.txt, desarrollado por el IAB Tech Lab. Sin embargo, me surgen preguntas sobre su eficacia y si es posible simplificar y optimizar su estructura para mejorar la experiencia tanto para editores como para compradores.

¿Qué es el ads.txt y el sellers.json?

El archivo ads.txt (Authorized Digital Sellers) permite a los publishers declarar públicamente qué sellers están autorizados a vender su inventario publicitario. Esta iniciativa busca reducir el fraude publicitario y fomentar la transparencia al permitir que los anunciantes verifiquen la legitimidad de los vendedores con los que desean trabajar. En el archivo, los vendedores se identifican por su ID único de cuenta, lo que facilita a los compradores la validación de la autenticidad de los vendedores.

Sellers.json, por otro lado, es un archivo complementario que proporciona información sobre los intermediarios y revendedores que participan en la transacción de anuncios. A diferencia de ads.txt, que se centra en los editores, sellers.json está orientado a los SSP (Supply-Side Platforms) y detalla las entidades que median entre SSPs y editores.

Limitaciones del ads.txt actual

Aunque ads.txt ha sido un paso enorme hacia la reducción del fraude, su implementación no está exenta de desafíos y mejoras:

  1. Complejidad en la gestión: La necesidad de mantener múltiples líneas de información sobre los vendedores autorizados puede resultar caótica. Esto se agrava cuando los vendedores tienen relaciones con varios socios publicitarios, generando archivos extensos y difíciles de manejar.

  2. Escalabilidad: A medida que la red de socios y vendedores crece, el archivo ads.txt puede volverse desordenado, lo que puede llevar a ineficiencias y errores en la verificación de vendedores.

Propuesta de simplificación

Para mejorar la eficiencia del archivo ads.txt, se propone una modificación sencilla pero significativa:

  • Consolidación de información: En lugar de listar exhaustivamente a cada vendedor y su relación con diferentes partners publicitarios, se podría implementar un sistema que registre a los partners publicitarios con autorización para monetizar un dominio (por ejemplo en el propio sellers.json), y mantener la información de los socios en un archivo separado gestionado por el partner. Esto simplificaría el archivo ads.txt al reducir la cantidad de líneas y facilitar su mantenimiento.

Esta modificación no solo simplificaría el archivo ads.txt, sino que también permitiría a los editores y compradores de anuncios gestionar la información de manera más eficiente y con menos riesgo de errores.

¿Cómo puede ayudar la industria?

Para implementar estos cambios, es crucial la colaboración entre los actores clave del sector publicitario, incluyendo el IAB Spain y otras organizaciones relevantes. Si se adopta esta propuesta, se podría optimizar el Supply Chain en la publicidad digital, reduciendo el riesgo de fraude y mejorando la transparencia.

Estaré encantado de contribuir a esta iniciativa y colaborar en el desarrollo de una nueva versión del archivo ads.txt si se solicita. La mejora continua en las prácticas de publicidad digital es esencial para mantener la integridad y la confianza en la industria.

Conclusión

El archivo ads.txt ha sido un avance importante en la lucha contra el fraude publicitario, pero como cualquier sistema, tiene sus limitaciones. La propuesta de simplificar y consolidar la información podría facilitar la gestión del archivo, haciendo que el proceso sea más eficiente para todos los involucrados. La colaboración y la innovación en este ámbito son fundamentales para asegurar un entorno publicitario más transparente y seguro.

Adrián Villellas, CEO de Digital Green

Anterior
Anterior

‘Por qué los publishers deben apostar por el contenido original y de calidad’, por Berta Jiménez

Siguiente
Siguiente

‘Los próximos retos de la privacidad’, por Paloma Gimeno