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La UE aprueba una ley pionera de IA centrada en innovación y protección ciudadana

Tras intensas negociaciones que se extendieron durante varios días, las instituciones de la Unión Europea llegaron a un acuerdo histórico el pasado viernes para establecer una ley de inteligencia artificial (IA) que regule el uso de esta tecnología en función del riesgo que pueda representar para las personas. La medida también busca potenciar la industria europea frente a competidores globales como China y Estados Unidos.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, destacó la relevancia de la nueva ley al afirmar que la misma es pionera en el mundo, proporcionando un marco legal único en el desarrollo de la inteligencia artificial en la que se puede confiar. El acuerdo, alcanzado después de 36 horas de debates, aún debe ser ratificado por el Parlamento Europeo y el Consejo de la UE, que representa a los gobiernos europeos.

Uno de los puntos más sensibles durante las negociaciones fue el uso de cámaras de identificación biométrica por parte de las fuerzas del orden. La norma prohíbe el reconocimiento facial en espacios públicos, pero se permitirá en casos específicos con autorización judicial, generando un compromiso entre los intereses de seguridad y la protección de la privacidad.

Otro tema crucial fue la regulación de los modelos fundacionales de inteligencia artificial, como los utilizados por programas como ChatGPT y Bard. Aunque inicialmente la ley no contemplaba estos sistemas, su popularidad y el impacto generado llevaron a la inclusión de disposiciones específicas.

Las negociaciones fueron descritas como "apasionadas", reflejando la complejidad de regular una tecnología con amplias posibilidades y desafíos aún no completamente comprendidos por los desarrolladores de inteligencia artificial. La presidencia española del Consejo de la UE logró uno de sus principales objetivos con el pacto de esta norma, que se espera entre en vigor en 2026, una vez ratificada formalmente por ambas partes.

El eurodiputado Ibán García del Blanco destacó que la inteligencia artificial es una gran evolución, pero su uso plantea riesgos, subrayando la necesidad de una normativa a nivel comunitario para brindar tranquilidad a los ciudadanos.

La legislación prohíbe sistemas de vigilancia biométrica que categoricen por creencias políticas, religiosas, filosóficas, orientación sexual o raza, así como la puntuación de personas según su comportamiento social. La vigilancia biométrica estará limitada a las fuerzas del orden público, utilizándola en tiempo real para casos específicos de búsqueda, prevención y localización de sospechosos.

La Unión Europea se convierte así en la primera región en regular de manera general los diversos usos de la inteligencia artificial, marcando un hito global y estableciendo estándares que podrían influir en otras naciones.

Fuente: ReasonWhy y 20minutos