La "maldición del conocimiento", el sesgo que amenaza la eficacia publicitaria
El mundo de la publicidad se enfrenta un obstáculo invisible pero poderoso: la "maldición del conocimiento". Este concepto, definido por los investigadores Camerer, Loewenstein y Weber, describe un sesgo cognitivo que dificulta imaginar no saber algo una vez que lo sabemos. Según Mike Follet, CEO de Lumen Research, este sesgo afecta profundamente a la manera en que los anunciantes diseñan sus campañas, como explica en un post de Linkedin.
"Los anunciantes son expertos en identificar anuncios, mientras que los consumidores son expertos en ignorarlos", explica Follet. Este desequilibrio lleva a lo que él llama "el tipo equivocado de experiencia publicitaria". Los creativos y estrategas publicitarios, atrapados en su conocimiento interno, diseñan campañas que resuenan con ellos mismos, pero no necesariamente con la audiencia a la que van dirigidas.
Los anunciantes tienden a asumir que los consumidores notarán y apreciarán la creatividad, la complejidad o el ingenio detrás de una campaña, pero los datos muestran una realidad diferente. Según el experto, las audiencias se sienten atraídas por lo que es simple, claro y relevante para ellos.
¿La “empatía radical” como solución?
"La maldición del conocimiento nos lleva a creer que nuestros anuncios son irresistibles, pero en realidad, los consumidores están ocupados desplazándose, saltando anuncios y continuando con sus vidas", señala Follet.
La solución que propone Follet es la "empatía radical". Para los anunciantes, esto significa quitarse las gafas de experto y observar el mundo desde los ojos de los consumidores. "Antes de lanzar una campaña, pregúntate: ¿estás creando para tu audiencia o para ti mismo?", sugiere Follet. En un sector cada vez más competitivo, el éxito no se trata de presumir experiencia, sino de respetar la del consumidor y diseñar mensajes que realmente conecten con sus intereses y necesidades.
Con este enfoque, los anunciantes no solo superan la maldición del conocimiento, sino que también logran campañas más efectivas y significativas para su público objetivo. Adoptar la "empatía radical" no solo requiere un cambio de perspectiva, sino también un compromiso con la escucha activa y el aprendizaje continuo sobre el público al que se quiere llegar. Esto implica usar herramientas de investigación, análisis de datos y pruebas constantes para comprender qué resuena realmente con las audiencias. Además, fomentar una cultura en la que la simplicidad y la claridad se valoren tanto como la creatividad puede marcar la diferencia entre una campaña que pasa desapercibida y una que se convierte en memorable. En última instancia, los anunciantes que logran conectar con sus audiencias son aquellos que reconocen que la verdadera innovación publicitaria no radica en demostrar lo que saben, sino en demostrar que entienden a quienes quieren alcanzar.