El Tribunal de Comercio de París ha condenado a Google a pagar 26,5 millones de euros a la empresa francesa de AdTech Equativ por sus prácticas anticompetitivas en la publicidad online. La sentencia procede de una demanda presentada en 2022 en la que Equativ acusaba al gigante tecnológico de utilizar sus propias herramientas publicitarias para obtener una ventaja competitiva desleal, causando así un perjuicio financiero a la empresa.

Según el medio Euroactive, la decisión del tribunal está influida por una sanción previa de 220 millones de euros impuesta a Google por la Autoridad Francesa de la Competencia en 2021. Esta sentencia anterior ya había establecido que Google incurrió en conductas contrarias a la competencia en el mercado de la publicidad digital. Equativ solicitó inicialmente 369,1 millones de euros en concepto de daños y perjuicios a escala internacional, pero la sentencia del tribunal limitó la indemnización a las pérdidas sufridas en Francia, lo que redujo significativamente el pago potencial.

Esta sentencia se produce en un momento en el que los reguladores franceses vigilan de cerca a los gigantes digitales del sector publicitario y tecnológico, como apunta, por su parte, ExchangeWire.

Google ha expresado su desacuerdo con la sentencia y aún no ha decidido si la recurrirá pero, en cualquier caso, esta situación pone de manifiesto que se están tomando medidas concretas contra las prácticas anticompetitivas de Google, condenadas por la Autoridad Francesa de la Competencia en 2021. Según algunos expertos, es un gran resultado para el sector AdTech independiente europeo, y será observado con interés por otros actores de la industria en la UE que se sientan víctimas de estas tácticas de Google.

El gigante tecnológico, filial de Alphabet, acaba de sentarse en el banquillo en uno de los mayores juicios celebrados en el sector publicitario por aprovechar, presuntamente, su posición dominante para monopolizar el mercado de la publicidad digital. El posible desmantelamiento de Google marcaría un precedente histórico no solo en el sector tecnológico, sino en la aplicación de las leyes antimonopolio a nivel internacional. Las implicaciones son enormes: no solo para Google, que perdería una parte importante de su negocio, sino para toda la industria publicitaria digital, que podría verse envuelta en una reconfiguración radical.