‘La IA enseñó a mi madre a saber pedir… ¡Por fin!’, por Ruth Santana (Mediaplus Equmedia)
Cuando, a primeros de año, recibí todo tipo de “predicciones” acerca de las tendencias del marketing para este 2024, me llamó la atención que la mayoría de los expertos coincidían en dos tópicos: la IA generativa y los buscadores por voz o asistentes virtuales. Y pensé: “Esto nos va a mejorar como HUMANOS”.
Puede sonar kafkiano, pero creo que la manera en la que nos comunicaremos en un futuro, no muy lejano, se hará de una forma cada vez más concreta y específica.
No sabéis lo difícil que es para mi madre, de 76 años, hablarle a Siri o a Alexa, porque su generación no está acostumbrada a buscar en un navegador lo que necesita con palabras concisas y claras. No le puede decir a Google: “Hola, Google. Quiero oír un tango, gracias”, porque Google puede reproducir cualquier tango del mundo, de cualquier época y, mi pobre madre, se frustra al no obtener el resultado que espera. Por eso, le explico que, primero, hay que identificar lo que quiere para crear un PROMPT muy específico. Para que un robot (o una IA) sea capaz de obedecer a la petición (“Hola Google, reproduce un tango”) como nosotros esperamos, es necesario especificarle dónde quiero reproducirlo (por ejemplo, “en Spotify”), de qué autor lo quiero (siguiendo el ejemplo anterior, “de Carlos Gardel"), qué canción concreta me gustaría escuchar (“que se titula Volver”)… Y, así, poco a poco, ella se va acostumbrando a saber pedir.
Esto, aplicado a la inteligencia artificial generativa, que es tremendamente más sofisticada, obliga al usuario a estructurar su pensamiento para poder dar los mensajes de manera muy concisa y adecuada para obtener los mejores resultados de cada herramienta que utilice.
Por ejemplo, para la creación de imágenes generativas en Midjourney, DALL·E, Sable Diffusion, etc. lo que se debe hacer es definir no sólo el contenido que queramos que aparezca en la misma, sino también darle el formato, el estilo, la iluminación, seleccionar la cámara de fotos con la que creemos que debería estar sacada, la colorimetría a emplear e, incluso, la referencia de otros autores que poseen el estilo de referencia… No sabéis lo diferente que puede llegar a ser una imagen cambiando tan sólo un parámetro. Por eso, saber pedir es la ciencia detrás de todas las IA.
Estoy segura de que, a medida que vayamos trabajando con este tipo de tecnologías, la comunicación concreta y concisa se irá integrando cada vez más en nuestro lenguaje diario para interactuar con los demás y así decirnos exactamente lo que queremos y necesitamos los unos de los otros.
La IA apenas lleva un año entre nosotros y ya ha supuesto una revolución tanto en nuestro sector como en cualquier área de trabajo. Por tanto, aprendamos de ella como herramienta para mejorar y convertirnos en Superhumanos, porque la comunicación es nuestro super poder para alcanzar nuestros objetivos, tanto profesionales como personales.
Por Ruth Santana, Creative Director en Mediaplus Equmedia