La futura desaparición de las cookies de terceros, que tras el último anuncio de Google se espera que sea una realidad al inicio de 2025, ha llevado a todo el sector del marketing digital a buscar nuevas soluciones con las que segmentar y personalizar sus anuncios para mantener la eficacia y rentabilidad de sus campañas. Al mismo tiempo, somos testigos de cómo el imparable desarrollo de la inteligencia artificial, y en particular la IA generativa, está abriendo un nuevo campo de posibilidades en todo tipo de áreas, desde la medicina o la robótica hasta la seguridad o el entretenimiento gracias al potencial que tiene de simplificar las tareas e impulsar nuevas herramientas e innovaciones. 

Su integración en el ámbito de la publicidad digital ya es una realidad, y estamos viendo cómo la IAG está impulsando una serie de cambios significativos que transformarán la forma en que se generan y personalizan anuncios y contenidos, adaptándolos a las preferencias de los usuarios, se analizan inmensas cantidades de datos gracias al Deep Learning o se simplifican los procesos de testeo de las campañas, ayudando además a maximizar la rentabilidad de las inversiones. 

Aplicada a la segmentación contextual, la inteligencia artificial generativa tiene el objetivo de simplificar los procesos, mejorar la precisión y ampliar la escala de los sistemas de segmentación de texto, imágenes y vídeo. Y los resultados son evidentes, pero también prometedores. La reducción exponencial de los tiempos de producción y automatización de los procesos son solo el principio de esta revolución. El factor humano en la creación de segmentos se reduce, lo que permite a los equipos enfocarse en tareas de mayor valor añadido. Además, la IAG nos trae la posibilidad de descubrir territorios de contenido no contemplados hasta la fecha por las marcas, aumentando la relevancia y la diversificación en las estrategias de marketing. 

En Weborama llevamos más de 10 años aplicando la IA semántica en favor de un análisis profundo de los contenidos tal y como lo haría el propio cerebro humano. Hoy, al integrar la IAG de Webomind en nuestro motor de recomendación semántico, damos un salto cuantitativo y cualitativo en el modo en cómo nos vamos a relacionar con las plataformas de segmentación contextual y los resultados que estas nos van a entregar a la hora de identificar y activar segmentos de contenido relevante para las marcas.

Los propios anunciantes ya pueden ver cómo a través de las soluciones que integran inteligencia artificial generativa aumentan el valor de sus contenidos y obtienen una mayor personalización de sus campañas en medios a la vez que ahorran tiempo y mejoran la productividad. Todo esto está alineado con la demanda de los anunciantes ante un inminente escenario sin cookies, en el que el respeto a la privacidad y el consentimiento del usuario debería  primar sobre su identificación.

Es cierto que el temor a lo desconocido y las voces que alertan sobre las amenazas que entraña un mal uso de la inteligencia artificial pueden ser un freno para apostar por integrar la IAG en los procesos de las empresas. Pero, según mi experiencia, cada vez son más los responsables de marketing que se acercan a estas soluciones con curiosidad, deseosos de entender qué aporta y cómo pueden mejorar sus estrategias de negocio gracias a ella. Y las preocupaciones que pudieran surgir por la proliferación de contenidos poco relevantes generados por IA u otras cuestiones, se pueden abordar a través de una comprensión más profunda, una comunicación más transparente de los procesos y por supuesto la entrada en vigor de una regulación adecuada por parte de los organismos competentes como así se hizo en otros momentos de profunda transformación tecnológica en la historia reciente.

La IAG ha llegado al marketing digital para quedarse. Y cuanto antes aprendamos a aprovechar todo su potencial, antes podremos ponernos en la delantera de la competitiva carrera por atraer la atención de los consumidores.

Ishaq Platero, Commercial Director Spain de Weborama