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¿Por qué jugamos al escondite? - Episodio 5

Esta Semana Santa, entre ocios y negocios, he estado leyendo alrededor de un concepto que me parece espectacular : el hackeo de algoritmos, a raíz de leer un artículo en el que lo descubrí.

Es una práctica que lejos de pensar que era puntual y muy personal está creciendo y genera un entorpecimiento del conocimiento de los usuarios o navegantes ya que los datos con los que se modelan los patrones se basan en  información errónea.

Un estudio de la Northwestern University de Illinois presenta los principales modelos de “engaño” que se están llevando a cabo en la red y que provocan una disminución del valor de los datos obtenidos. A saber son 3 tipos:

  • Directamente, evitas campos en la información o los borras.

  • Incluyes datos erróneos, especialmente números de teléfono, nombre, edades y sexo.

  • Mezclas datos idénticos inventados en soportes similares para generar mayor caos. Así multiplicas el efecto y generas mucha confusión también en los datos inferidos.

Esta parece ser la respuesta de un número creciente de personas para poder mantener un nivel adecuado de privacidad. Hasta ahora siempre parecían más apreciados y fiables los datos declarativos ( aunque algunas teorías ya alimentaban que dado el ser humano miente por naturaleza es mucho más indicativo cómo se comporta que lo que nos cuenta ). Ahora empiezan a ponerse en duda ya que exceptuando en modelos de transacción la invención es gratis y no provoca ningún efecto negativo.

Este modelo de intoxicación desde la propia red me parece una respuesta coherente que seguramente se genera más por cansancio alrededor del uso de nuestros datos personales que por iniciar una revolución con la bandera de la Privacidad. Probablemente aún no estamos en ese punto aunque tal como se están posicionando los Gigantes Tecnológicos nos van a llevar a la inevitable obligación de explicarles lo que supone realmente respetar la privacidad desde el punto de vista ciudadano.

La ofuscación de datos es como jugar al escondite. Nosotros nos encontramos ocultando información para no ser vulnerables y no perder la partida. Ellos nos persiguen y nos segmentan según lo que descubren, reciben, perciben o recopilan pero si les engañamos acabarán “disparando a ciegas”, así que escaso beneficio.

Por eso defiendo con convicción el uso del Zero Party Data. Manejando una relación transparente no va a haber problema en ofrecer información veraz. Sólo necesitamos que se nos explique y que se nos ofrezca valor, ese Valor Zero, para que la relación sea honesta, limpia y sincera.

Así en vez de jugar al escondite podríamos construir puzles en los que encajar nuestras piezas y disfrutar empresas y usuarios del resultado. Hackear no mola. Hackear el sistema aún menos y a veces uno puede tener la sensación de que no hay más opción. Por suerte, sí las hay…

Feliz vuelta al lío !!!!