¿ Conocéis el Data Governance Act ? Pues si no os suena ya os adelanto que va a formar parte de nuestras vidas en los próximos años puesto que toda la estrategia de datos que está impulsando la Unión Europea y que marcará el legado del viejo continente en esta materia se recoge en ella.

Europa lleva tiempo en la encrucijada de decidir qué papel puede y debe jugar en materia de sostenibilidad y de peso específico global alrededor de nuestra evolución como especie. Qué vamos a dejar a las nuevas generaciones que vivirán de pleno la era del transhumanismo ( y no uso el prefijo Trans con ninguna connotación maliciosa ).

Hemos pasado de la era del ÁTOMO, a la del BIT y nos encontramos inmersos en la del GEN. Volvemos a nuestra esencia humana pero con un Suuuuuuper reto: aplicar un ética intachable a cómo queremos evolucionar en el planeta. Qué queremos ser de mayores y todo …..

Parece cada vez más obvio que Europa, encajonada entre Estados Unidos y China / Rusia, debe jugar bien sus cartas de influencia para tener un espacio propio y de valor. La energía sostenible podría ser una de sus mejores bazas a pesar de lo complicado que supondrá el generar un “unicornio” europeo que lidere de raíz ese cambio.

El otro territorio en el que se está moviendo con liderazgo es el de los datos personales, identidad digital, inteligencia artificial, privacidad… vocablos al alza y que engloban una forma diferente de ver las relaciones humanas y el desarrollo individual. El poso ético que pervive en nuestro ADN europeo nos coloca en una posición de privilegio para indicar el camino.

La regulación con el archifamoso Reglamento General de Protección de Datos son el hilo conductor que marca la pauta. Esto implica unos profundos cambios, de los que solo estamos viendo la punta del iceberg, en cómo desarrollamos nuestra vida digital y como nos enfrentamos a los retos de la hiperconexión y las automatizaciones de procesos. Nos cambia la vida, mates, nos cambia y a una velocidad de vértigo.

Y como parte esencial de este nuevo escenario se presenta este Acta de Gobierno de Datos Personales. Los elementos que incluye son de altísima relevancia en cuanto al posicionamiento de editores de contenidos, marcas, organizaciones, consumidores y, en definitiva, de todo el sistema alrededor del uso y cesión de los datos personales.

En próximos episodios iremos viendo y valorando diferentes aspectos de esta nueva puesta en escena pero permitidme enfocarme hoy en la figura del Intermediario de Datos. Este elemento de la cadena de valor es quien velará por la aplicación de la ética y los valores europeos en la gestión de identidades digitales.

El Intermediario es un Tercero de Confianza que debe disfrutar de las siguientes características:

• Ser neutral

• Ser independiente de los generadores/proveedores de datos y de los demandantes de datos

• Ser transversal y abierto, no diseñado para un sector específico o colectivo cerrado

• Ser respetuoso con los ciudadanos para no forzarles en la captación de datos personales

• Favorecer el control que tienen los individuos sobre sus datos, especialmente facilitando la gestión de consentimientos y derechos

Si una empresa no cumple con estos requisitos no debería dedicarse al negocio de la compra y venta de datos ya que vulnera el concepto de juez y parte.

Es curioso que se dignifique una figura tan controvertida y ocasiones vilipendiada como la del Intermediario. Sin embargo, así es. Nuevos tiempos, nuevas acepciones.

Potenciar un modelo ético de datos es el LEGADO.